San José Las Flores

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miércoles, 22 de octubre de 2014

Bichos y Demás Parientes. Parte I

Ya he ido metiendo fotos unos cuantos bichos en entradas anteriores. Pero como voy recopilando fotos de todo ser extraño que veo creo que merecía la pena dedicarle una entrada completa. Aquí en el pueblo todos los animales andan sueltos. Hay gallos, gatos y muchos perros, que la mayoría no tienen ni dueño. Hacen muuucho ruido y me levantan varias veces cada noche. Además les tengo bastante respeto ya que uno me atacó un día y casi me rompe la chancla. También uno va por el pueblo y se puede encontrar a unos caballos echándose una cabezadita.



El tema de los bichos es otro cantar. Ahora que es época de lluvias hay más humedad y me están comiendo vivo. Los zancudos, así se llaman aquí a los mosquitos, arrasan. Tengo unas veinte picaduras en cada pie. Por suerte cuando llega la época seca, que ya queda poco, disminuye muchísimo su cantidad. Para protegerme de ellos voy en manga larga y duermo con mosquitera. Aún así en cuanto me descuido ahí están para acabar conmigo poco a poco.


Aquí hay tantos bichos y de especies tan variadas que parecen mutantes. Un ejemplo es este bicho que no sé si picará, pero como te muerda escuchan el grito hasta en el lejano Oriente.


 Ya he puesto alguna foto de los alacranes. Son los que más miedo me dan. Me han tranquilizado bastante diciendome que no son mortales. Que si te pican duele como la picadura de una  abeja. Pero que depende del tamaño se te puede llegar a dormir la lengua. La madre que les parió. Éste que se encontró Sergio en su habitación es el más grande que nos hemos encontrado. Siempre reviso meticulosamente las parades de mi habitación antes de dormir para no llevarme un susto infernal.



Por poner una de cal y una de arena. Uno de los bichos que se ve muchísimo son las luciérnagas. Nunca había visto ninguna en mi vida. Brillan muchísimo, el brillo dura pocos segundos y es de color verde casi fosforito. Sergio y Mercedes consiguieron capturar una. Si aumentáis la primera foto se ve por abajo las dos franjas blancas, que son las que brillan.














Hay bichos de todo tipo. A lo mejor éste es común en todos lados, pero como soy muy de ciudad pues todos me llaman la antención.





No es raro encontrarse cucarachas del tamaño de tu calzado. 



Por suerte no hay ciempiés. Lo más veinticuatropiés.


Cuando decimos que los bichos son mutantes muchas veces es por el tamaño. Esto es un sapo luchador de sumo por lo menos. Como los sapos son amigos, le dejé quedarse en casa. No sé por dónde andará porque hace unos días que no le veo. Además éste es buen cazador. 



Otro ejemplo de mutación. ¿Serpientes con patas?




En fin, a veces uno se lleva buenos sustos y luego le cuesta conciliar el sueño. Pero a todo te acostumbras. Reconozco que siempre miro dos veces allá donde voy para no toparme con ninguna desagradable sorpresa.

Salud.













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