De camino pasamos por un par de pueblos bastante bonitos (Berlín y Alegría) y también paramos en alguno de los miradores.
Tenía muchísimas ganas de conocerlo. Mi tía ya me dijo que creía muy conveniente que fuera antes de que volviera. Tecapán es el nombre de un municipio que está en la zona Este del país, más cercano a la costa. Es montañoso y sufrió enormemente los terremotos sucedidos en el 2001. Más info aquí.
Desde San José Las Flores, que no se sufrieron casi desperdicios, miraron horrorizados las noticias y acudieron a la llamada de socorro de uno de los pueblecitos más afectados. Antes se tardaba cerca de 5 horas en llegar; ahora tardamos unas 3 horas y media. Acudieron las hermanas, el alcalde y miembros de la asociación comunal y se les cayó el alma a los pies de ver cómo estaba esa gente. No tenían nada, todas sus pertenenecias se las había comido la tierra, sus casas estaban completamente destruidas y tenían que abandonar el lugar, que era el alto de una colina, porque el suelo estaba completamente agrietado y a punto de caerse de nuevo.
Entonces la comunidad se volcó. Desde la Asunción se pidió ayuda para conseguir dinero. Había un terreno a la venta en una zona cercana, pero mucho más seguro, con suelo más firme y más bajo. Varias ONGs también apoyaron el proyecto y se consiguió sacar suficiente para hacerse con el terreno y con el material para hacer las nuevas viviendas. Obviamente os podéis imaginar que el proceso fue mucho más largo y complicado de cómo lo estoy contando.
Desde Las Flores se organizaron jornadas de trabajo comunitario. La gente iba a trabajar hasta allí; también llevaban comida y ropa. Es increíble, que con lo poco que tenían, lo compartían al ver a un pueblo que estaba sufriendo muchísimo.
Mi tía también destaca el apoyo que hubo por parte de la familia. Y quería que contara lo que se ha logrado a toda la gente que apoyó en su día.
La llegada a la colonia era bastante complicada porque el último tramo el camino es terrible, aunque parece que el alcalde se ha comprometido a asfaltarlo. Allí la gente en seguida reconoció a las hermanas y les abrazaban con mucho afecto. Todos hacían la misma pregunta. "¿Cómo es que no habíais avisado que veníais?". Nos estuvieron contando todos los progresos y la situación actual. Me pareció una colonia maravillosa; el sitio muy bonito, las casas muy dignas, y todo colocado de manera espaciosa y ordenada.
El reto mayor que tenían era el tema del agua. Tenía que subir un camión a venderles el agua que tenían en grandes contenedores azules en la puerta de las casas. Para lavar la ropa tenían que andar en torno a una hora por las montañas (más una hora de vuelta). Imaginaos la complicación de vivir con el agua tan racionalizada. Pero estaban todos emocionados porque por fin habían hecho obras para llevar el agua desde un pozo que se había hecho hace relativamente poco. De hecho ya estaban las obras terminadas, con un gran contenedor, y esta misma semana iban a empezar con las pruebas! Fuimos andando por las calles de la colonia, la gente iba saliendo a saludarnos y todos estaban tremendamente felices y emocionados.
Todo era gente muy humilde. Al igual que San José las Flores, era gente que muchos venían de ser guerrilleros. Todos eran campesinos que vivían de la siembra del café en condiciones durísimas. Cuando lo poco que tenían se vino abajo nunca pensaron que con el tiempo las cosas iban a acabar siendo mejor. Siguen siendo muy humildes, pero más dignos que antes. Además habían tenido muy buena cosecha de maíz y frijoles por lo que no habían sufrido ninguna crisis. Lo malo es que el café está bastante perjudicado, porque las plantas tienen roya, que es una enfermedad que hace perder las cosechas. Podéis ver en la foto sus manchas amarillas caracterísiticas.
No nos quedamos mucho tiempo porque íbamos a comer en casa de una de las hermanas, que es de un pueblo muy cercano. Pero les dijeron que iban a invitarles para el acto de inauguración del agua para que volvieran pronto.
Tal es el cariño y agradecimiento que tiene esta colonia del pueblo San José Las Flores, que eligieron ese mismo nombre para su colonia. Así que si alguna vez oís hablar de San José Las Flores, Tecapán que sepáis que es diferente de San José Las Flores, Chalatenango. Pero su historia tiene puntos en común.
Salud.
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