Es fundamental conocer la figura de Monseñor Romero para entender la historia reciente de El Salvador. Fue un arzobispo que denunció la violencia a la que se sometía al pueblo. Se puso del lado de los débiles, se enfrentó al gobierno y acabó asesinado.
Os recomiendo ver esté documental (44 minutos)
De donde vivimos a San Salvador hay menos de 100 km pero se tarda unas 3h o un poco menos según el tráfico. Al principio hicimos una parada en una popusería riquísima para desayunar.
Fue un momento bastante impactante del viaje. Teresa nos estuvo contando muchas de sus experiencias en la guerra. Cómo los aviones bombardeaban muy cerca de donde estaban, cómo tenían que moverse el pueblo entero, cómo se acostumbró a dormir sobre un plástico en el campo, cómo cuando iban a buscar a un desaparecido iban las hermanas las primeras, con el pueblo detrás; habían aprendido a no pisar donde estaba la arena revuelta para evitar minas, y una infinidad de cosas más.
Tras parada en el consulado para darme de alta, fuimos a la Universidad de los Jesuitas en San Salvador: la UCA. El 16 de Noviembre de 1989 se asesinó salvajemente a 6 jesuitas (5 de ellos españoles) y a su cocinera y su hija. Aquí tenéis más información. Visitamos la que era su casa, que ahora es el centro Monseñor Romero donde se estudia teología y tienen el museo de los mártires donde tienen objetos, fotos e historias de muchos sacerdotes que murieron durante la pre-guerra y guerra.
Luego salimos a donde fueron ejecutados exactamente. Tras prender fuego a la casa entraron y los cogieron a los 6 jeusitas. Los fueron sacando y los pusieron boca abajo en fila. Luego uno por uno fueron golpeados salvajemente en la cabeza hasta la muerte. Al acabar la ejecución debieron oír ruedos de una de las habitaciones de invitados y ahí estaban la cocinera y su hija, que dispararon para no dejar testigos, pero mucha gente lo había visto; aunque fuera de noche había gente en la universidad. Hay unas fotos terribles que muestran cómo se encontraron los cadáveres, de tantos golpes se véian sus cabezas deformadas y los sesos esparcidos a varios metros. El jardinero, que era el marido de la cocinera, hizo este jardin donde fue la ejecución.
Tras la UCA fuimos al Hospital de la Divina Providencia. Es un pequeño hospital que llevan monjas, donde tratan a enfermos terminales de cáncer con pocos o ningún recurso. Aquí vivió Monseñor Romero los últimos años de su vida y aquí murió. Nos contaron que para empezar el hospitalito monseñor Romero donó el dinero que le dieron en un premio por la Paz que le otorgaron. Al principio vivía en la sacristía pero se empeñaron las hermanas en hacerle una casita para que estuviera más cómodo. Era realmente humilde.
En la foto de arriba podéis ver la casa y su coche. Y en la foto de abajo el jardín. Nos contaron que al principio habían enterrado su corazón bajo tierra. Pero que cuando se decidió que iba a ser abierto al público decidieron hacer un hueco en la piedra a los pies de la virgen para que no fuera pisado por la gente. Los albañiles al encontrar el corazón éste estaba en perfecto estado (cuando llevaba ya mucho tiempo enterrado) y es considerado uno de sus milagros. Tomaron muestras de sangre para verificarlo.
Dentro de la casa tenían expuestas sus pocas posesiones, que eran principalmente libros y una radio grabadora donde grababa su diario. También mostraban la ropa que llevaba puesta el día de su asesinato, con todas las manchas de sangre.
Después visitamos la iglesia donde fue asesinado. Que está justo en frente. Estaba dando misa y en el momento de la consagración un coche paró en la puerta, se bajó una persona, que le apuntó y disparó. Murió camino del hospital.
Por último visitamos la catedral. Donde está enterrado en la cripta. Hace poco regalaron desde Italia un monumento que está sobre su tumba.
La catedral por dentro:
Resultó todo muy emocionante. Visitar estos sitios con la tía Teresa explicándonos todo. Para ella Monseñor Romero fue un profeta y se emocionaba mucho con cada historia que nos contaba.
Luego ya sólo quedaba la vuelta a casa. Y como siempre, no es tan fácil. Es una aventura. Y volvimos a pinchar una rueda. Esta vez por suerte había rueda de repuesto, así que pudimos seguir. También tuvimos suerte que nos pasó antes de que anocheciera y antes de que callera el diluvio universal.
Salud.
!!!Ay Rafael!! lo mismo rio que lloro con tus historias ¿has pensado que todo esto es el prólogo de un libro? Por favor, tienes que escribirlo, yo te juro que lo compro.
ResponderEliminarBesos
Muchas felicidades de parte de tu prima y mio, que parece que no se publicó.
ResponderEliminarUn beso enorme
Muchas gracias Lourdes! Me pensaré lo del libro, más aún sabiendo que tengo una venta asegurada. ;) Muchos besos
ResponderEliminarHoy te leo. A dos días de estar en casa y recuerdo tan intensamente la sensación al escuchar a tu tía. Que tremendo orgullo tienes que sentir al escucharla, al irla descubriendo poco a poco. La memoria de los pueblos, viva en sus gentes, hace desgarrar algo por dentro. Que eso sirva para educar en la paz, para q jamás se repitan esas atrocidades.
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