Por Aquí Cerca

Hoy tenía libre la mañana y mi amigo Emilio me ha dicho de ir a dar una vuelta para ir de excursión por municipios cercanos que me faltaban por conocer. Yo encantado claro. Él tiene coche, así que el transporte no era problema; lo que no tiene es licencia así que conducía yo.

Primero pasamos por los Amates y después llegamos a San Antonio de la Cruz. Era un pueblo diminuto, pero al parecer dentro del municipio hay cantones mucho más grandes que la propia cabecera municipal donde básicamente está la iglesia, el ayuntamiento, un comedor y cuatro casas más. Aquí el río Sumpul se ensancha mucho porque ya está casi desembocando en el embalse. Os pongo un mapa para orientar.

Al parecer hay pescado bastante rico. Intentamos conseguir algún sitio donde encargar para comerlos allí a la vuelta pero no hubo suerte. Así que reanudamos el camino. La carretera pasa paralela al río todo el tiempo. 

Llegamos a Nombre de Jesús, un pueblo ya más grande y más desarrollado.  Encontramos un comedor donde me dieron un picadillo de carne y costillas de cerdo que estaban bastante ricos. Luego dimos una vuelta y paramos en el kiosko y la iglesia.

Dimos media vuelta para atravesar el puente, que es de los más grandes del país. Creo que el segundo. En el mapa el puente es el que he resaltado en amarillo.

 Tomamos unas cuantas fotos desde más arriba y también desde el propio puente.

Ya dimos media vuelta para volver (aún quedaba pasar por otro sitio). Atravesamos el otro puente que es mucho más pequeño y me hizo gracia ver que el hecho de la escasez de agua en las viviendas no impide a los vecinos tener su coche limpio.

También paramos para hacer más fotos del Sumpul. 

Ya de vuelta íbamos camino de San Isidro Labrador. Es de donde nació Emilio y me contó que el pueblo fue completamente abandonado durante la guerra. Al contrario de Las Flores, no fue repoblado hasta varios años después de que se hubieran firmado los acuerdos de paz. Mucha de la gente que vive ahora en Las Flores fueron de los que tuvieron que huir de ese pueblo y pasaron varios años escondidos en las montañas hasta que decidieron venir aquí a repoblarlo. Nos dimos una pequeña vuelta por San Isidro y ya terminamos nuestra excursión.

A las dos de la tarde estábamos de vuelta a tiempo para dar mis clases de por la tarde y ni siquiera tuvimos que madrugar para salir. Así que fue dar una vuelta en coche más al estilo del que estoy acostumbrado. En todos los sitios se notaba ambiente tranquilo y mucha sensación de seguridad.

Salud.