El sábado tuve una excursión. Pero esta vez no fue una larga caminata desde el pueblo, sino que llevábamos coche porque íbamos bastante más lejos, aunque dentro del departamento. Esta vez íbamos dos exguerrilleros, un exmilitar y yo. La primera parada fue en el mercado de Chalate a comprar chicharrón (carne de cerdo) y a desayunar unas riquisisisimas pupusas exquisitas.
Se tardaba algo más de una hora en llegar, lo bueno que el coche donde íbamos tenía doble cabina y podíamos ir todos dentro. Atravesamos el pueblo Dulce Nombre de María y seguimos subiendo. Aquí se puede ver dicho pueblo desde un poco más arriba:
A medida que íbamos subiendo íbamos parando en diferentes miradores. Como podéis ver las vistas bastante impresionantes:
Después fuimos al Parque Ecológico El Manzano. Es otro bastión de la guerrilla y allí tienen varios restos de aviones que consiguieron derribar por la zona y los tienen expuestos con mucho orgullo.
También hay un museo que tiene restos de bombas, armas y fotos de la guerra. Es pequeñito y también llama mucho la atención el mural que lo decora por fuera. Todos los guerrilleros que salen en la foto son reales y sales bien pintados. De hecho, el señor encargado del museo es uno de ellos y es el que sale en esta primera foto al lado de 'su otro yo'.
Me llamaban mucho la atención las fotos y se veían muchísimos niños armados. En ambos bandos había niños de 13 años como vemos en la foto luchando. Una de las realidades terribles de la guerra.
Allí el ambiente es más fresco y hay mucho pino. El paisaje me recuerda más a España. Ahora bien, estaban todos como locos buscando los pinos que tuvieran resina porque es tremendamente práctico para encender fuegos. Aquí todos cocinan con fuego por lo que ahorra mucho tiempo disponer de estos pedazos que producen mucha llama en poco tiempo. También se pueden comprar pero son bastante caros.
Así que en cuanto veían un árbol que ya estuviera seco se acercaban a ver como estaba. También habían llevado un hacha por si acaso así que estaban perfectamente equipados. Y encontraron uno perfecto para sus intenciones. A medida que iban saltando trozos los cogían, los olían, y lo trataban como si fuera un chuletón de ternera. Nos llevamos un tronco entero.
Llegamos a un punto en el que el coche ya no podía subir más porque no había camino y seguimos a pata para llegar a lo más alto. El clima bastante bueno y aprovechamos para comer ahí.
No elegimos muy bien el menú. Mezclamos tamales, chicharrón y sandía. Mi estómago me hizo saber durante la noche siguiente (y parte del domingo) que no se me ocurriera volver a comer eso junto.
Como anécdota la típica fuente que usa un palo como si fuera un tapón:
Como siempre, lo que más disfruto son las conversaciones que tienen entre ellos. Los dos exguerrilleros habían combatido en estos cerros así que se acordaban de muchísimas historias. Mientras iban andando iban señalando un sitio y otro para contar distintas batallas que tuvieron lugar allí.
La guerra tiene infinitas caras terribles. Sin embargo sorprende que a muchos les guste hablar de ello. Tiene cierto sentido. Como siempre uno tiende a quedarse con lo bueno en los recuerdos. Las amistades y la aventura. Cuando hablan de ello sienten la adrenalina y se transportan a aquellas batallas. Hay alguno que prefiere ni hablar del tema y sólo dice "la guerra fue muy perra" pero otros, sin ser hoy en día nada violentos, se nota que les atrae de cierto modo rememorar esas aventuras.
Salud.
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