Los Perros

Mira que es un pueblo bonito y tranquilo, pero para mí el mayor problema que tiene son los perros, o mejor dicho, cómo cuida o ha cuidado la gente a los perros.

No os podéis imaginar la cantidad de ruido que hacen por la noche. Van de un lado a otro, no dejan de ladrar, tienen peleas... Más de una vez me he despertado en mitad de la noche y al mirar por la ventana veía una auténtica batalla campal. Y es que aquí, muchísimos perros viven en la calle.

Se meten en todos lados, si dejas la puerta abierta de casa se te meten; si dejas la puerta del comedor abierta, ahí que se meten. Mucha gente no tiene perro, pero al final el perro se queda en su puerta de costumbre y parece que son suyos,  pero no es el caso; aunque les dan los huesos y las sobras por pena. Éste es el estado de la acera al lado del comedor. Se van amoltonando los perros y si alguien deja la puerta abierta se meten:

Cuando los perros dan a luz los sacan a la calle, nadie se ocupa de ellos, no pueden o no quieren mantenerlos y en la calle cada vez hay más.

Pero no son los perros callejeros los únicos problemáticos. Mucha gente tiene en sus casas a perros que son bastante agresivos, pero andan sueltos y a veces salen a por ti. Me acuerdo uno de los primeros días que me atacó uno. Se fue directo a por mí, y no tuve tiempo a esquivar el pie suficientemente a tiempo y destrozó la chancla. Además ese perro era el perro de una panadería que está camino a la escuela. Imaginaos que tenéis una panadería, y un gordo pasa por la puerta 4 veces al día. ¿Cómo hacer que no entre ni una sola vez ni vaya a entrar nunca jamás en su vida? Pues pon un perro cabrón en la puerta. En fin, creo que no se dan cuenta de lo que les puede perjudicar.

Otro ejemplo de alboroto canino en la puerta de mi casa, en este caso provocado por una bonita historia de amor:

Muchas veces lo paso mal para ir a la escuela y volver de ella por perros que salen al camino y me ladran como si llevara 3 días sin lavarme. Al final hay dos trucos que tiene la gente. El primero es ir siempre armado con un palo. Están tan acostumbrados los pobres a que les den palazos que en cuanto te ven armado no se acercan mucho. El otro truco es agacharte y hacer como que recoges algo del suelo. Están tan acostumbrados los pobres a recibir pedradas que también se alejan.

En fin, una pena, que con lo bonito y tranquilo que es este sitio se den estos problemas con los perros. Aunque mucho mejor que sean con perros que con mareros, como en el resto del país.

Salud.