San José Las Flores

San José Las Flores

domingo, 5 de julio de 2015

Conclusión



Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Hace ya 3 meses que volví ya de El Salvador y quería compartir una reflexión de todo lo que he vivido.

Me acuerdo cuando llegué a San José Las Flores. Como no sabía a lo que iba, no era capaz de hacerme a la idea de nada. El pueblo me pareció bonito, tranquilo y la casa no tenía muchas comodidades pero era mucho más grande que mi vivienda anterior en París. De hecho, no me pareció todo tan diferente, hasta tenía WiFi en casa. Dado el calor que hacía no veía nada malo ducharme con cubos de agua fría. Con el tiempo me fui acostumbrado a todo: a los ruidos nocturnos, a las picaduras, a los ruidos nocturnos, a la comida, a los ruidos nocturnos, al calor, a los ruidos nocturnos, a lavar la ropa a mano y un largo etcétera. 

Al volver sin embargo sí que me pareció que todo era bien distinto. Tanto que a veces pensaba si lo que había vivido durante aquellos casi 7 meses había sido verdad o un simple sueño. Ducharse con agua caliente, no tener el sonido de Jumanji cada momento, abrir un grifo y beber agua fresca hasta la saciedad, tener lavadora y lavaplatos… Desde luego una primera lectura positiva de la experiencia es que aprecio muchísimo cosas que antes pasaba completamente por alto; que pensaba que era lo normal y no fruto de vivir en un país y entorno privilegiado. 

Me avisaron que la vuelta iba a ser dura. Pero en mi caso no lo definiría como tal. Volví a encontrarme con familia y amigos que es lo que más ilusión me hacía. Y mi actitud pienso que seguía igual que antes de irme, era consciente que vivía en una sociedad diferente, con otro tipo de realidades y aspiraciones.  Una cosa que choca cuando te reencuentras con la gente es que todo sigue igual. Cuando anuncias que te vas algunos te toman por loco e incluso por algo irresponsable por dejar de lado la carrera profesional, pero de verdad que tengo la sensación de no haberme perdido nada (y haber vivido mucho!).

Es muy fácil acostumbrarse a la vuelta. Muchas comodidades y la comida que tanto he echado de menos (liderado por el queso y la mayonesa casera). Y disfrutaba mucho explicando a toda la gente que me preguntaba por la experiencia. Mentalmente es cierto que estás en otro lugar, y además es imposible no tener cierta sensación de que aquí todo es demasiado materialista. Pero como digo, considero importante no juzgar a las personas y ser consciente de que son realidades diferentes.

Me considero tremendamente afortunado por haber tenido la suerte de vivir en diferentes países. Pero sin duda la experiencia más gratificante y que más me ha aportado ha sido ésta en El Salvador. Además aparte del factor humano, he vivido un reencuentro con la naturaleza y el mundo rural. Animo a todo el mundo que se esté planteando proyectos similares que no se lo piense, que no estén tan obsesionados con perder ahora un tiempo de vida laboral o que si luego va  a ser difícil encontrar trabajo... Entiendo las preocupaciones, pero si le das muchas vueltas luego la vida se complica y el día de mañana te arrepentirás de no haberlo hecho.

Sigo en contacto con la gente de Las Flores, sobretodo gracias a Facebook puedo ver los eventos y las fotos. Además varias personas me escriben de vez en cuando y estoy feliz de seguir manteniendo el contacto con mis amigos. También tuve la suerte de que mi tía Teresa vino a pasar un mes a España y coincidimos en distintos eventos y me estuvo poniendo al día de todo. Por cierto aquí podéis leer y ver una entrevista que le hicieron desde la ONG SOLMAN que tanto les ha ayudado. Además, Sergio y Miguel, que son los dos voluntarios que llegaron unos pocos días antes de irme yo, también están haciendo un blog; así que todos los que me seguíais y habéis cogido cariño al pueblo, podéis seguir leyendo sus aventuras.

En el trabajo me ha costado adaptarme. Han sido muchos cambios en poco tiempo, lo cual hace difícil estar rindiendo al 100% desde el principio. Tuve muchos viajes y ya por fin me instalé en Lisboa. También me costó encontrar la motivación. En El Salvador estaba trabajando por los demás y eso me llenaba mucho; aquí es por dinero, lo cual me motiva menos, pero es importante darle una vuelta de tuerca. Al final si hago bien mi trabajo mucha gente se beneficia y eso sí es motivador. Hay que ser coherente, el mundo funciona así y hacer bien tu trabajo no es sólo que ganes más o menos dinero; la gente a tu alrededor se ve también beneficiada, pagas tus impuestos y además te permite seguir colaborando con ayudas.

Por último, como reflexión final. ¿Realmente ha merecido la pena? Creo que esta pregunta se debe responder desde dos perspectivas diferentes. Una es si a mí, como experiencia personal, me ha merecido la pena. Como he explicado la respuesta es un sí rotundo. Me ha abierto mucho la mente, he conocido a gente maravillosa, he podido conocer mucho mejor a mi tía, he disfrutado de la naturaleza, he reafirmado lo tremendamente afortunado que soy por haberme tocado la familia y país que me ha tocado. Pero es que además me lo he pasado muy bien. Me reía mucho con toda la gente de allí. Son muy divertidos y lo pasaba genial. Además descubrí las pupusas.

Recuerdo que al irme decía "estoy seguro que para mí va a merecer la pena, sólo espero que consiga ayudar al menos a una persona". Y esa es la otra perspectiva. ¿Para la gente de allí ha merecido la pena mi presencia? No soy yo la persona más indicada para contestarlo y hacer un juicio objetivo, pero analizandolo considero que sí. Ojo, no todo todo lo que hice. Creo que el inglés no fue demasiado bien, y me sorprendería mucho que alguno de los alumnos haya seguido estudiando cuando yo me fui. Pero con la informática yo creo que sí. Me están escribiendo algunos alumnos que han conseguido ir a la universidad y se sienten aventajados en computación. En la escuela los niños desde los 5 años se acostumbran a trabajar con los ordenadores. Los profesores ahora saben usar mejor los recursos de los que disponen. La escuela tiene ahora internet, la WiFi del ayuntamiento está configurada y da cobertura a medio pueblo. En términos de turismo también creo que ha habido mejoras y la gente se ha dado cuenta del potencial que tienen. Además gracias a vosotros y las ayudas que iban llegando pude comprar todo lo necesario para reparar y organizar todo el aula de informática. También para que Carlos, el chico que está en silla de ruedas, tenga su tan ansiada habitación. 



Así que, en definitiva considero que he sido útil y estoy muy contento por ello.


Y con esto  termino mi reflexión y el blog. Me acuerdo los días que estaba ya muy cansado y aún así me ponía a escribir para compartir mis experiencias. Sabía que para el día de mañana sería un recuerdo buenísimo. Ahora estoy encantado de haberlo hecho, incluso lo voy a mandar a imprimir para tenerlo de recuerdo en buen formato y poder enseñarselo a mis hijos el día de mañana.

Un millón de gracias a todos sobre todo por las ayudas recibidas y también por haberme seguido y leído.

Salud.